Y es que la figura central de hoy es mi guitarrista favorito de todos los tiempos...
Si en anteriores microespacios hemos hablado del interés y del acercamiento de jóvenes músicos blancos del Rock de los 60 (Erick, Keith,...) al mundo del Blues, nuestro protagonista de hoy Albert King, representa el camino y movimiento contrario: el de los veteranos músicos negros de Blues que favorecieron, vieron con buenos ojos y forzaron el contacto de los dos mundos, rompiendo así unas fronteras (no sólo hablo de las musicales) consideradas insalvables hasta entonces.
A una edad tardía, 33 años, y con la intención de convertirse en guitarrista y músico profesional, abandonó su trabajo como conductor de camiones y bulldozers. Una sabia decisión, pues poco tiempo después conseguiría el reconocimiento que se merecía por parte de los seguidores de la buena música, de los críticos y de los jóvenes músicos que veían en él un claro referente.
Albert King logró desarrollar un sonido penetrante, profundísimo, que llegaba a lo más hondo del corazón y que marcaría a la generación psicodélica. Se gustaba de hacer creativos y largos solos, pero seguía representando el estilo tradicional: pocas notas siempre bien puestas, con alma y después de cada fraseo con la guitarra, a cantar o soltar unas palabritas de ánimo al público...
De esta forma, guitarristas como Stevie Ray Vaughan y grupos como Canned Heat pudieron encontrar en el gigante zurdo Albert King y en Lucy, su amada Gibson Flying V tocada y acaricida siempre sin púa, el sonido y el ejemplo a seguir. Un ejemplo de ello, es este "The Hunter":
El grito de satisfacción final es impagable:
Pero como se nos hace poco, vamos allá con un extra. Unas apariciones de Albert en directo, interpretando "Pretty Woman" y "I´ll Play The Blues For You":